Jhosanna Hinojosa Gil 100211081
Surgió mediante
la Bula papal In Apostolatus Culmine, expedida el 28 de octubre de 1538, por el
Papa Paulo III, la cual elevó a esa categoría el Estudio General que los
sacerdotes dominicos dirigían desde el 1518, en Santo Domingo. De esta forma,
la Universidad de Santo Domingo se convirtió en la primera alta casa de
estudios del nuevo mundo
En su inicio
esta universidad estaba constituida por cuatro facultades: Medicina, Derecho,
Teología y Artes, conforme a las normas establecidas en la época para las
instituciones similares.
La nueva
universidad tuvo momentos difíciles en sus inicios y otros importantes. Por
ejemplo, uno de los primeros documentos impresos de la isla fueron los
estatutos de la universidad.
En los inicios
del 1800, la academia mantenía un estilo educativo ligado a lo religioso. En 1801,
con la llegada de ToussaintLouverture a la parte oriental de la isla en nombre
de Francia, la academia cerró sus puertas, para abrirlas en 1815, pero en esta
oportunidad adopta el carácter laico, situación que se mantuvo hasta 1822,
cuando ocurre la ocupación haitiana y la universidad vuelve a cerrar sus
puertas.
Años después de
la Independencia Nacional, ya para 1859, el presidente Pedro Santana promulgó
una ley que restablecía la universidad y la consignaba como dependencia del
Gobierno, sin embargo por algunas diferencias políticas la academia permaneció
cerrada.
Y es en
noviembre de 1914, cuando el presidente de la República, Ramón Báez, quien era
rector del Instituto Profesional, el cual sustituyó a la universidad,
transforma por decreto ese instituto, en Universidad de Santo Domingo.
Del 1916 hasta
el 1924, la Universidad tuvo que interrumpir su funcionamiento como
consecuencia de la intervención Norteamérica.
Durante los 31
años la tiranía del dictador Rafael Leónidas Trujillo, la Universidad de Santo
Domingo, como las demás instituciones del país, se vio privada de las
libertades más elementales para el cumplimiento de su misión.
La autonomía de
la universidad, parte de la Ley número 5778 del 31 de diciembre de 1961 dotó a
la Universidad de autonomía. A partir de
ese momento comenzó a debatirse por alcanzar el equilibrio institucional y en
febrero de 1962 se eligen las primeras autoridades bajo el régimen de la
autonomía. Desde entonces Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
UASD;PRESENTE
En la actualidad
la UASD tiene alrededor de 180 mil estudiantes, de los cuales la mayoría son
jóvenes de escasos recursos, que encuentran en esta academia la oportunidad de
lograr la educación universitaria y graduarse como profesionales en las
distintas carreras que ofrece la alta casa de estudio superior.
Es importante
reconocer los significativos aportes de la academia a la sociedad dominicana en
la formación de recursos humanos calificados, producción de conocimiento y
extensión cultural y científica, a todo lo largo y ancho de la geografía
nacional.
En la actualidad
la Universidad Primada de América sigue siendo, por ley, la única universidad
pública del país. Participa con el 50% de la población universitaria y gradúa
cada cinco años, un porcentaje similar del total de los nuevos profesionales
que satisfacen la demanda de mano de obra calificada del sistema productivo nacional.
La UASD, es además, la única del país que realiza de manera ininterrumpida,
labores de investigación y extensión de cierta trascendencia.
Razones
económicas, socio-políticas e ideológicas, a lo largo de su historia, que a
pesar de los esfuerzos de su colectividad, nuestra academia ha venido
experimentando un fuerte deterioro en su calidad, ha perdido parte importante
de su capacidad crítica y ha reducido su participación en el debate de los
grandes problemas nacionales.
En gran
medida, la UASD de nuestros días, se
caracteriza por ser un centro académico de lenta innovación de su oferta
curricular, de una inadecuada e insuficiente infraestructura física, de
laboratorios, equipos y tecnología educativa exageradamente obsoletos,
reducidos niveles de investigación y extensión, así como la ausencia de
políticas y planes coherentes de expansión y fortalecimiento institucional.
Sin duda,
nuestra academia, vive hoy un período muy difícil, por el agotamiento de formas
de conducción y gestión probadamente anticuada. Por otra parte, los acelerados
avances en ciencia y tecnología, los procesos de globalización y la
conformación de un sistema político militar monopolizada, ha impactado de
diferentes formas a todos los países del planeta.
Igualmente se
han agudizado los problemas referentes a la desigualdad social y a la pobreza.
En esta realidad se hace presente la necesidad de una UASD que supere sus
dificultades y vuelva a ser FARO DE LUZ
de todos los sectores dominicanos orientados hacia la CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD MODERNA Y JUSTA.
UASD;FUTURO
La universidad
del Estado tiene que destacarse nacional e internacionalmente no solo por su
carácter público y su naturaleza esencialmente popular, pluralista y
democrática, sino también por la alta calificación y entrega de su personal
docente, por el rigor del proceso de enseñanza, aprendizaje y la calidad de sus
egresados. Una universidad que prepare eficientemente los recursos humanos del
nivel profesional y científico que el país requiere a nivel local, municipal, provincial, regional y nacional
para impulsar su desarrollo económico y social y para satisfacer la demanda en
el mercado laboral. Una universidad que sea reconocida por sus aportes
científicos, el valor de sus publicaciones y su creatividad cultural.
Ante los
desafíos planteados por los acelerados avances de la revolución científica y
tecnológica, a nivel mundial, las necesidades del sistema productivo nacional y
la dinámica de una demanda masiva de enseñanza superior en el país, debemos
emprender esfuerzos vigorosos de modernización académica para que nuestra UASD
se coloque en condición y capacidad plena de cumplir eficientemente con la
misión de proveer una formación integral, competente y actualizada.
En este sentido,
es oportuno destacar la importancia de la puesta en marcha de un nuevo proceso
de evaluación y rediseño curricular que renueve la oferta educativa (planes,
programas, nuevas carreras) para todo el territorio nacional y permita la
introducción de nuevas tecnologías más acorde con las dimensiones y la
estructura de las necesidades de educación superior de la población dominicana,
sobre todo, de aquella que prefiere o sólo tiene acceso a la universidad
pública.
Se requiere una
profunda reforma académica que integre todas las formas de enseñanza:
tradicional, a distancia, continua, de grado y postgrado, en sus diferentes
modalidades.
Paralelamente el
proceso de reforma educativa, es imperativo hacer mayores esfuerzos en el
mantenimiento y remodelación de los edificios existentes, en la terminación de
las obras inconclusas y en la elaboración de un plan de expansión de nuevas
edificaciones, de acuerdo con las exigencias de una educación integral y en
respuestas oportunas a las necesidades presentes y futuras de la universidad.
La necesidad de
equipar debidamente con tecnología moderna las aulas, laboratorios y
bibliotecas de la universidad. En este mismo aspecto tiene que existir una
política efectiva de aprovisionamiento de los materiales que, diariamente,
consumen estos equipos.
Las tentativas
de modernización y las aspiraciones de nuevas formas de vinculación con la
sociedad no será efectivamente logradas si no se impulsa la investigación en
todas las áreas científicas y se estimulan los recursos creativos de los
universitarios.
En el contexto
de las instituciones de educación superior en el país, la UASD tiene primacía
en el apoyo de la investigación. Pero se trata de niveles muy precarios en
relación a las potencialidades. En el mundo de hoy adquiere cada vez mayor
relevancia la función de la investigación y producción de conocimientos en las
universidades.
En el marco de
los estudios de postgrado panes y programas de investigación, urge diseñar y
aplicar planes y programas de investigación que mejoren sustancialmente la
calidad de la instrucción superior.
Resulta evidente
que las vinculaciones de la universidad con su sociedad y el entorno
internacional deben ser fortalecidas, renovadas y ampliadas, en múltiples áreas
y ámbitos de acción. La presencia
proactiva de la universidad en la vida nacional y la imagen de ésta,
arraigada en la población, como símbolo de los mejores valores científicos y
humanísticos del país, al paso de los años han sufrido retrocesos y deterioros.
Mayores
relaciones consultivas con las instituciones del Estado y sus programas, en la
función científico-técnica, como universidad pública y sin merma su
independencia crítica. Relaciones con los sectores económicos y empresariales, tanto en torno a la
asistencia científica y técnica como respeto a las debidas coordinaciones y
planeación en la formación de los recursos humanos con organizaciones
gremiales, sindicales, populares y con las organizaciones no gubernamentales.
Incentivando las redes de solidaridad, la asistencia y vinculación con
comunidades locales. Fomentando la asistencia y colaboración a escala internacional, y promoviendo la cooperación,
el intercambio académico y la realización de programas conjuntos con otras
universidades.
Se hace
necesario que la universidad revitalice su presencia y su incidencia como
forjadora de opinión pública, participando de forma destacada en los debates de
realidades y problemas nacionales e internacionales de relevancia, así como contribuyendo al fomento y difusión de los
valores éticos, cívicos y a las manifestaciones humanísticas y artísticas.
Bibliografía:
Artículo; UASD: a 474 años de su creación, por el
periódico ¨HOY digital¨
Aquino
Febrillet, Mateo/ Reflexión desde la universidad
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