viernes, 28 de noviembre de 2014

Universidad Autónoma de Santo Domingo

Jhosanna Hinojosa Gil                100211081

Surgió mediante la Bula papal In Apostolatus Culmine, expedida el 28 de octubre de 1538, por el Papa Paulo III, la cual elevó a esa categoría el Estudio General que los sacerdotes dominicos dirigían desde el 1518, en Santo Domingo. De esta forma, la Universidad de Santo Domingo se convirtió en la primera alta casa de estudios del nuevo mundo

En su inicio esta universidad estaba constituida por cuatro facultades: Medicina, Derecho, Teología y Artes, conforme a las normas establecidas en la época para las instituciones similares.

La nueva universidad tuvo momentos difíciles en sus inicios y otros importantes. Por ejemplo, uno de los primeros documentos impresos de la isla fueron los estatutos de la universidad.

En los inicios del 1800, la academia mantenía un estilo educativo ligado a lo religioso. En 1801, con la llegada de ToussaintLouverture a la parte oriental de la isla en nombre de Francia, la academia cerró sus puertas, para abrirlas en 1815, pero en esta oportunidad adopta el carácter laico, situación que se mantuvo hasta 1822, cuando ocurre la ocupación haitiana y la universidad vuelve a cerrar sus puertas.

Años después de la Independencia Nacional, ya para 1859, el presidente Pedro Santana promulgó una ley que restablecía la universidad y la consignaba como dependencia del Gobierno, sin embargo por algunas diferencias políticas la academia permaneció cerrada.

Y es en noviembre de 1914, cuando el presidente de la República, Ramón Báez, quien era rector del Instituto Profesional, el cual sustituyó a la universidad, transforma por decreto ese instituto, en Universidad de Santo Domingo.

Del 1916 hasta el 1924, la Universidad tuvo que interrumpir su funcionamiento como consecuencia de la intervención Norteamérica.

Durante los 31 años la tiranía del dictador Rafael Leónidas Trujillo, la Universidad de Santo Domingo, como las demás instituciones del país, se vio privada de las libertades más elementales para el cumplimiento de su misión.

La autonomía de la universidad, parte de la Ley número 5778 del 31 de diciembre de 1961 dotó a la Universidad  de autonomía. A partir de ese momento comenzó a debatirse por alcanzar el equilibrio institucional y en febrero de 1962 se eligen las primeras autoridades bajo el régimen de la autonomía. Desde entonces Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

UASD;PRESENTE

En la actualidad la UASD tiene alrededor de 180 mil estudiantes, de los cuales la mayoría son jóvenes de escasos recursos, que encuentran en esta academia la oportunidad de lograr la educación universitaria y graduarse como profesionales en las distintas carreras que ofrece la alta casa de estudio superior.

Es importante reconocer los significativos aportes de la academia a la sociedad dominicana en la formación de recursos humanos calificados, producción de conocimiento y extensión cultural y científica, a todo lo largo y ancho de la geografía nacional.

En la actualidad la Universidad Primada de América sigue siendo, por ley, la única universidad pública del país. Participa con el 50% de la población universitaria y gradúa cada cinco años, un porcentaje similar del total de los nuevos profesionales que satisfacen la demanda de mano de obra calificada del sistema productivo nacional. La UASD, es además, la única del país que realiza de manera ininterrumpida, labores de investigación y extensión de cierta trascendencia.

Razones económicas, socio-políticas e ideológicas, a lo largo de su historia, que a pesar de los esfuerzos de su colectividad, nuestra academia ha venido experimentando un fuerte deterioro en su calidad, ha perdido parte importante de su capacidad crítica y ha reducido su participación en el debate de los grandes problemas nacionales.

En gran medida,  la UASD de nuestros días, se caracteriza por ser un centro académico de lenta innovación de su oferta curricular, de una inadecuada e insuficiente infraestructura física, de laboratorios, equipos y tecnología educativa exageradamente obsoletos, reducidos niveles de investigación y extensión, así como la ausencia de políticas y planes coherentes de expansión y fortalecimiento institucional.

Sin duda, nuestra academia, vive hoy un período muy difícil, por el agotamiento de formas de conducción y gestión probadamente anticuada. Por otra parte, los acelerados avances en ciencia y tecnología, los procesos de globalización y la conformación de un sistema político militar monopolizada, ha impactado de diferentes formas a todos los países del planeta.

Igualmente se han agudizado los problemas referentes a la desigualdad social y a la pobreza. En esta realidad se hace presente la necesidad de una UASD que supere sus dificultades y vuelva a ser FARO DE LUZ de todos los sectores dominicanos orientados hacia la CONSTRUCCIÓN DE UNA SOCIEDAD MODERNA Y JUSTA.

UASD;FUTURO

La universidad del Estado tiene que destacarse nacional e internacionalmente no solo por su carácter público y su naturaleza esencialmente popular, pluralista y democrática, sino también por la alta calificación y entrega de su personal docente, por el rigor del proceso de enseñanza, aprendizaje y la calidad de sus egresados. Una universidad que prepare eficientemente los recursos humanos del nivel profesional y científico que el país requiere a nivel local,  municipal, provincial, regional y nacional para impulsar su desarrollo económico y social y para satisfacer la demanda en el mercado laboral. Una universidad que sea reconocida por sus aportes científicos, el valor de sus publicaciones y su creatividad cultural.

Ante los desafíos planteados por los acelerados avances de la revolución científica y tecnológica, a nivel mundial, las necesidades del sistema productivo nacional y la dinámica de una demanda masiva de enseñanza superior en el país, debemos emprender esfuerzos vigorosos de modernización académica para que nuestra UASD se coloque en condición y capacidad plena de cumplir eficientemente con la misión de proveer una formación integral, competente y actualizada.

En este sentido, es oportuno destacar la importancia de la puesta en marcha de un nuevo proceso de evaluación y rediseño curricular que renueve la oferta educativa (planes, programas, nuevas carreras) para todo el territorio nacional y permita la introducción de nuevas tecnologías más acorde con las dimensiones y la estructura de las necesidades de educación superior de la población dominicana, sobre todo, de aquella que prefiere o sólo tiene acceso a la universidad pública.

Se requiere una profunda reforma académica que integre todas las formas de enseñanza: tradicional, a distancia, continua, de grado y postgrado, en sus diferentes modalidades.

Paralelamente el proceso de reforma educativa, es imperativo hacer mayores esfuerzos en el mantenimiento y remodelación de los edificios existentes, en la terminación de las obras inconclusas y en la elaboración de un plan de expansión de nuevas edificaciones, de acuerdo con las exigencias de una educación integral y en respuestas oportunas a las necesidades presentes y futuras de la universidad.

La necesidad de equipar debidamente con tecnología moderna las aulas, laboratorios y bibliotecas de la universidad. En este mismo aspecto tiene que existir una política efectiva de aprovisionamiento de los materiales que, diariamente, consumen estos equipos.

Las tentativas de modernización y las aspiraciones de nuevas formas de vinculación con la sociedad no será efectivamente logradas si no se impulsa la investigación en todas las áreas científicas y se estimulan los recursos creativos de los universitarios.

En el contexto de las instituciones de educación superior en el país, la UASD tiene primacía en el apoyo de la investigación. Pero se trata de niveles muy precarios en relación a las potencialidades. En el mundo de hoy adquiere cada vez mayor relevancia la función de la investigación y producción de conocimientos en las universidades.

En el marco de los estudios de postgrado panes y programas de investigación, urge diseñar y aplicar planes y programas de investigación que mejoren sustancialmente la calidad de la instrucción superior.
Resulta evidente que las vinculaciones de la universidad con su sociedad y el entorno internacional deben ser fortalecidas, renovadas y ampliadas, en múltiples áreas y ámbitos de acción. La presencia  proactiva de la universidad en la vida nacional y la imagen de ésta, arraigada en la población, como símbolo de los mejores valores científicos y humanísticos del país, al paso de los años han sufrido retrocesos y deterioros.

Mayores relaciones consultivas con las instituciones del Estado y sus programas, en la función científico-técnica, como universidad pública y sin merma su independencia crítica. Relaciones con los sectores económicos  y empresariales, tanto en torno a la asistencia científica  y técnica  como respeto a las debidas coordinaciones y planeación en la formación de los recursos humanos con organizaciones gremiales, sindicales, populares y con las organizaciones no gubernamentales. Incentivando las redes de solidaridad, la asistencia y vinculación con comunidades locales. Fomentando la asistencia y colaboración a escala  internacional, y promoviendo la cooperación, el intercambio académico y la realización de programas conjuntos con otras universidades.


Se hace necesario que la universidad revitalice su presencia y su incidencia como forjadora de opinión pública, participando de forma destacada en los debates de realidades y problemas nacionales e internacionales  de relevancia, así como  contribuyendo al fomento y difusión de los valores éticos, cívicos y a las manifestaciones humanísticas y artísticas.


Bibliografía:

Artículo;  UASD: a 474 años de su creación, por el periódico ¨HOY digital¨
Aquino Febrillet, Mateo/ Reflexión desde la universidad

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