María Santos 100218459
Al iniciar su proceso de enseñanza,
mediante una bula papal, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, fundada el
28 de octubre de 1538, inicio con cuatro Facultades: Medicina, Derecho,
Teología y Artes, conforme a las normas establecidas en la época para las
instituciones similares de la metrópoli. Los estudios de Artes incluían dos
modalidades, a saber: el “trivium” que comprendía la Gramática, la Retórica y
la Lógica y el “quadrivium”, que englobaba la Aritmética, Geometría, Astronomía
y Música”.
Desde entonces, acontecimientos de
gran magnitud han surgido, en esta alta
casa de estudios, que la han marcado de una manera considerable. Hablemos de
ellos:
En
el año 1801, como consecuencia de la ocupación haitiana al país, la Universidad
interrumpió su funcionamiento, porque los dominicos, que la regenteaban,
abandonaron la colonia. Se reabrió en el año 1815, al volver la colonia a la
soberanía española, pero a partir de entonces adoptó el carácter laico.
Entre
el 1815 y el 1821 funcionó bajo el rectorado del Dr. José Núñez de Cáceres. La
Universidad volvió a cerrar sus puertas en 1822 debido a que gran número de sus
estudiantes fueron reclutados para el servicio militar por orden del régimen
haitiano que gobernaba la nación. Con la consumación de la Independencia de la
República en 1844, renace en los dominicanos la voluntad de restablecer la
Universidad, símbolo de tradición cultural y del carácter propio de la
nacionalidad recién adquirida.
Respondiendo
a ese reclamo, el 16 de junio de 1859, el Presidente Pedro Santana promulgó una
ley que restablecía la antigua Universidad de Santo Domingo, con una
composición académica similar a la de las universidades medievales (cuatro
facultades: Filosofía, Jurisprudencia, Ciencias Médicas y Sagradas Letras) y
como una dependencia del gobierno central a través de la Dirección General de
Instrucción Pública y del Secretariado de Estado correspondiente. Pero por
razones de las contingencias políticas, la citada disposición no se ejecutó y
la Universidad no se reabrió.
El
31 de diciembre de 1866, se creó, por decreto, el Instituto Profesional, que
funcionó en lugar y en sustitución de la antigua Universidad de Santo Domingo.
El
día 10 de mayo de 1891, el Instituto Profesional cerró sus puertas, hasta el
día 16 de agosto de 1895, que reapareció bajo el rectorado del Arzobispo
Fernando Arturo de Merino.
El
16 de noviembre de 1914, el residente de la República, Dr. Ramón Báez, quien
era también Rector del Instituto Profesional, transforma por decreto al
Instituto Profesional en Universidad de Santo Domingo. Del 1916 al 1924, la
Universidad tuvo que interrumpir su funcionamiento como consecuencia de la
intervención norteamericana.
Durante
los 31 años de la tiranía del dictador Rafael Leonidas Trujillo, la Universidad
de Santo Domingo, como las demás instituciones del país, se vio privada de las
libertades más elementales para el cumplimiento de su alta misión, llegando a
convertirse en un instrumento de control político y propagación de consignas totalitarias, ante
cuyos perjuicios nada valieron los escasos progresos materiales que alcanzó la
Institución en esos años de gobierno despótico, como fue la adquisición de
terrenos y la construcción de la Ciudad Universitaria.
A estos acontecimientos se suma la muerte
de varios estudiantes, debido, a que estos demandaban un mejor servicio en la
universidad, cosa que le costó la muerte, sobre todo, en épocas donde imperaba
la dictadura y gobierno de presión con características democráticas.
En la actualidad, siendo primada de
américa, la universidad cuenta con más
matriculados en el país superando los 177,000
estudiantes constituyendo un 62% del total de estudiantes de educación
superior en la Republica Dominicana, el por ciento restante se encuentra dividido
en las demás universidades.
Dentro de las muchas precariedades, sobre
todo en el sistema informático, escasez y deterioro de aulas, entre otras
debilidades, la UASD marcha a duras sendas, por el cumplimiento del deber de
ser formadora de nuevos profesionales en el país, que tanto se necesitan para
poder alcanzar el desarrollo esperado.
Son muchas las quejas que se realizan por
parte de empleados, rectores y estudiantes para el aumento a un 5% del PIB,
para lograr las metas propuestas como institución.
Si volamos más alto y pensamos en el
futuro, pues podríamos decir que la UASD, necesitaría entrarse en el mundo de
la tecnología, ser una casa abierta a la investigación, ser formadora de
profesionales de alto nivel, utilizar métodos de enseñanzas modernos, que
beneficien a los estudiantes y luego a toda la nación.
Para cumplir con ciertos rigores necesita,
ante todo, organización…
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