Wendy Vargas Lopez CG-8275
Según informa la página de internet Wikipedia Salomé
Ureña era una alumna aventajada de Eugenio María de Hostos, sus obras se centran en el amor a la patria y en su
entorno familiar. Aunque no escribía muy a menudo, logró llamar la atención de
gran parte de Latinoamérica por la profundidad
de sus obras. Entre sus trabajos más notables se encuentran: A La
Patria, El Ave y El Nido, Sombras, entre otros.
El nombre de nacimiento de Salomé Ureña de Henríquez fue Salomé Ureña Díaz; nació el
21 de octubre de 1850 en Santo Domingo, República Dominicana y murió el 6 de
marzo de 1897 en la misma ciudad y en el mismo país donde nació, su seudónimo
era Herminia, fue una reverenciada poetisa y educadora dominicana,
siendo una de las figuras centrales de la poesía lírica del siglo XIX e innovadora de la educación femenina
en su país.
Según nos da a conocer Wikipedia, Salomé Ureña era hija del
abogado y también escritor Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de León,
quien dio a su hija sus primeras lecciones educativas. A temprana edad, Salomé
fue influenciada también por la literatura. Su padre le enseñó las obras
clásicas de autores españoles y franceses que ayudaron a la joven Salomé a
desarrollar su propia carrera.
También nos dice la página que comenzó a escribir sus versos
a los quince años de edad, publicando posteriormente sus primeras obras a la
edad de diecisiete años y haciéndose conocida por su espontaneidad y ternura.
En 1867 publicó sus primeras obras bajo el seudónimo «Herminia», nombre que usó
hasta 1874. Mientras iba pasando el tiempo se volvía más trágica y triste con
poemas como En horas de angustia o muy patriótica y fuerte en
poemas como A La Patria y Ruinas. En los años
posteriores incluiría temas de su propia vida en sus poesías, como se puede ver
en Mi Pedro (dedicada a su hijo, tal vez su poema más
cariñoso), La llegada del invierno, y un libro que se hizo muy
popular llamado Esteban, donde habla de su país, su familia, las
plantas y flores, y de la propia isla.
En Wikipedia nos enteramos de cómo alrededor de 1881, Salomé fue
animada por su marido para abrir el primer centro de educación superior para
mujeres jóvenes en la República Dominicana, lo cual hizo el 3 de noviembre de
ese año bajo el nombre de «Instituto de
Señoritas». En los próximos cinco años, las primeras seis mujeres se
graduaron de maestras en el Instituto, algo poco común en ese momento. Años
después de su muerte, el instituto fue bautizado con su nombre.
Wikipedia nos informa que el 11 de febrero de 1880, a la
edad de veintinueve años, se casó con el doctor Francisco Henríquez
y Carvajal (más tarde presidente
de la República Dominicana), quien también fue escritor, y una figura
importante en la política. Tuvo cuatro hijos con él: Francisco, Pedro, Max y Camila. Sus hijos más tarde se convertirían en figuras
altamente respetadas de la literatura contemporánea de mediados y finales del siglo XX como
escritores, filósofos, poetas, humanistas y críticos de arte.
La página Wikipedia nos cuenta cómo murió Salomé Ureña y que
legado nos dejó y dice que Ureña murió debido a complicaciones de tuberculosis en 1897, a la
edad de 46 años. Fue enterrada en la iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes
y trasladada en 1972 al Panteón de la Patria.
Es
considerada por muchos como la escritora más excelsa de la República
Dominicana; inyectaba profundos sentimientos en cada uno de sus poemas. Salomé no fue solo una
prominente escritora y educadora dominicana, sino también una gran luchadora
por la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Su lucha la convirtió en
una mártir en su país y es recordada por su arduo trabajo en favor de la
educación femenina.
Acerca
de ella se ha escrito mucho y sus poemas forman parte del patrimonio literario
dominicano.
Dentro de sus obras se encuentran:
En
1873 - La gloria del progreso, en 1876 – Ruinas, en 1877
- La llegada del invierno, en 1878 - La fe en el porvenir,
en 1880 – Anacaona, en 1880 - Poesía de Salomé Ureña de
Henríquez, en 1881 – Sombras, en 1897 - Mi Pedro, A
la Patria, A mi madre, A Quisqueya, Amor y anhelo, Angustias,
Caridad, El ave y el nido, El cantar de mis cantares, En
defensa de la sociedad, En el nacimiento de mi primogénito, Impresiones,
Las horas de angustias, Luz, Melancolía, Mi ofrenda a
la Patria, ¡Padre mío!, Quejas, Sueños, y Tristezas.
Como
nota importante dice que en su honor, existe una institución de educación superior llamada "Instituto Superior de Formación
Docente Salomé Ureña", un centro educativo unisex y que el 21 de octubre
fue declarado «Día del Poeta» en su honor.
En el periódico Listín Diario el periodista José Henry
Castillo escribió un artículo en el año 2009 titulado: Salomé Ureña: madre de la educación en el país, donde saque un
fragmento que dice de la siguiente manera.
Hablar
de la educación en el país no es posible sin mencionar el nombre de Salomé
Ureña, nacida el 21 de octubre del 1850, integrante de una familia de
intelectuales que hizo invaluables aportes a las letras dominicanas.
Salomé
combinó magistralmente la literatura con la pedagogía, asumiendo con pasión y
valentía las ideas de Eugenio María de Hostos, catalogado como el gran educador
de la América hispana.
“Es la mujer dominicana cuya obra ha sido objeto de mayor
reconocimiento, tanto en el campo de la educación como en la poética”, afirma
Jacobo Moquete De la Rosa, en su obra Salomé Ureña de Henríquez en el Sector
Educación.
El
ex secretario de Educación, José Nicolás Almánzar, en su obra Trayectoria de la
Formación del Docente Dominicano, dice que ella es reconocida como la educadora
más destacada desde 1880 a la fecha. La escritora Chiqui Vicioso, en una
conferencia a propósito del 158 aniversario de su nacimiento, la definió como
“la madre de la educación dominicana”.
Para mi Salomé Ureña es una de las mejores poetas que ha
tenido la República Dominicana, la cual ha servido de inspiración para grandes
y chicos, ha dejado un gran legado a la humanidad partiendo desde lo que son
sus valores que tenía como persona hasta el gran legado que ha dejado, como el
que les diera a las mujeres el empujoncito para empezar a educarse, les enseño
a las mujeres que nosotras también tenemos el derecho de recibir el pan de la enseñanza, además dejó como legado un gran
número de obras literarias para el acervo cultural.
También podemos ver como ella y su esposo si supieron educar
y educar bien a sus hijos (Francisco, Pedro, Max y Camila), tanto así que ellos
también han dejado un gran legado a la humanidad.
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